Hoy hemos comenzado las clases de teología en la Gregoriana. Para mí es el último año. El próximo mes de enero, Dios mediante, seré ordenado diácono. Al iniciar este curso he vuelto a meditar con las tiernas palabras que Benedicto XVI nos dedicó a los seminaristas en la Jornada Mundial de la Juventud 2011, en Madrid. Os comparto algunos extractos que me tocan.
Cristo sigue llamando a jóvenes discípulos para hacerlos apóstoles suyos, permaneciendo así viva la misión de la Iglesia y la oferta del evangelio al mundo. Como seminaristas, estáis en camino hacia una meta santa: ser prolongadores de la misión que Cristo recibió del Padre. Llamados por Él, habéis seguido su voz y atraídos por su mirada amorosa avanzáis hacia el ministerio sagrado. Poned vuestros ojos en Él, que por su encarnación es el revelador supremo de Dios al mundo y por su resurrección es el cumplidor fiel de su promesa. Dadle gracias por esta muestra de predilección que tiene con cada uno de vosotros.
Queridos amigos, os preparáis para ser apóstoles con Cristo y como Cristo, para ser compañeros de viaje y servidores de los hombres. [...] Configurarse con Él es, en realidad, la tarea en la que el sacerdote ha de gastar toda su vida. [...] Pedidle, pues, a Él, que os conceda imitarlo en su caridad hasta el extremo para con todos, sin rehuir a los alejados y pecadores, de forma que, con vuestra ayuda, se conviertan y vuelvan al buen camino.